Hágalas al horno y con una mitad hecha de las verduras que a usted le gustan y con la otra mitad, de las que odian sus hijos.
2 Siga un plato vegetariano 2 veces por semana.
Estúdielo bien. Mírelo todo el tiempo posible. Huélalo hasta el hartazgo y... verá que pasó más de 4 horas sin probar bocado.
3 No elimine tantas calorias de su dieta.
Si no es invierno, ya llegará a esa estación. Tampoco quedará fascinante si su cuerpo es como un mapa detallado de los huesos.
4 Ojo con los tentempiés.
Aunque suena a bicho, uno se los come por docenas. Es casi un entremés y debiera disfrutarse como todo un pecado, no como un vicio cualquiera. Un mes si, otro no.
5 ¡A bailar y zapatear!.
Cuando escuche comentarios negativos hechos de frente, dese vuelta grácilmente y ofrezca un panorama completo de su anatomia; al tiempo que dice y no has visto sino la mitad de mis cosas. Si el próximo comentario le molesta, zapatee, haga berrinches, tírese al piso y grite. Eso consume unas cuantas calorias y hasta puede avergonzar a su insolente compañia.
6 Deje caer la balanza.
Unas tres veces el primer mes, levántela hasta su cadera y suéltela hacia un costado. Verá como, al poco tiempo, la báscula si miente.
7 Mastique Despacio.
Las calorias deben consumirse después de las comidas. No durante.
8 Coma con medida.
Respete a rajatabla la cantidad y proporción de los ingredientes. La mayoria de los postres no cambia en sabor ni presentación y el resto de las comidas sólo parece mejorar. Como ejemplo de prueba, cambie a cucharada sopera la pizca de sal.
9 No se lleve bocaditos a la cama después de cenar.
Tendrá que levantarse a despejar la cama. Y si lo deja para la mañana siguiente, comenzará el dia haciendo tareas (ejercicio). ¡Un horror!.
100 % Diego
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