Caer con Estilo

3 de marzo en 2011

Caer con estilo

 

Una de las actividades más comunes entre la gente que está al aire libre es caer.

Sin embargo, pocos lo hacen con propiedad. Y si lo hacen, ignoran como se calificarian en una escala de 1 a 10. El cero no se incluye porque no sería una caída.

Algunos llegarán a suponer que cualquier caída que provoque un entablillamiento total del cuerpo o una temporada en la U. de Cuidados Intensivos es merecedora, automáticamente, de un 10.

No.

Tener correas, suspensores, fijadores, tensores, yeso y tranquilizantes para caballos (o asnos) sólo validan 5 puntos. Se toman en cuenta otros factores del suceso completo, pero sólo del suceso. La hospitalización está fuera en tiempo y espacio.

Los detalles como el estilo general de la caída; el comportamiento previo, actual y posterior (inmediato) a la caída; si el caído se queda sencillamente gimiendo ahí o si adereza el amargo momento con un comentario chistoso.

Yo me he caido en arroyos de 2 dedos de agua, sobre troncos que continuan firmes hoy en dia, por la borda de embarcaciones en puerto, hacia un lado de caballos mansos, de vehículos en movimiento... lento.

Hace unos años, estaba pescando sentado tranquilo sobre un peñón de los grandes cuando empecé a resbalarme por la única porción mohosa -que no le habia visto- hacia el arroyo, que tenia unos buenos surubies por estar cerca de la desembocadura al Paraná.

Y llegué nomás al agua. Caerse al agua debe ser una especie de tributo hacia el elemento del que sacamos provecho.

El tipo de caída que más detesto es el de una pierna. Que es cuando uno mete la pata en un agujero de nutria (o de carpincho) o en el hoyo de un poste (sin el poste metido), mientras la otra pierna sigue andando en la superficie.

A la caida de una pierna le falta estilo, gracia. Quien mete la pata así omite el comentario chusco, yendo directamente a las expresiones orales más pérfidas que conoce. Incluso atorándose al intentar decirlas de a dos o tres juntas.

Como tampoco resultan creativas, estas palabras profanas no suman puntaje.

¿Se puede caer más bajo que esto?. Si.

Una caída que tiene aún más falta de calidad estética es la del salto de la mochila.

Ubiquémonos.

Cuando vamos bajando una cuesta (loma o pendiente) pronunciada con una mochila pesada y tropezamos...

Caemos. La mochila pasa por encima, nos salta. Las correas nos tiran desde las axilas. Pasamos -rodamos- por encima de la mochila, sentándonos estrepitosamente del otro lado. Nos doblamos. Tiramos de la mochila. La mochila pasa por encima, nos salta...

Zuip... ¡PLAM!

Zuip... ¡PLAM!

Zuip... ¡PATAPLAM!. Que es el sonido final, al final de la cuesta.

De ahí que luego se ven 2 senderos. Unos que suben casi horizontales y otros, con cierta profundidad y muy rectos, casi verticales. Pues ya ven por donde bajamos algunos.

Una cosa que puede ayudar a ganar puntos por elegancia es tener una expresión facial adecuada durante la ciada. Digamos... una expresión de desinterés hasta pasar los tres metros.

Entonces si, mostrar sorpresa por haber caido del techo de una casa.

Claro que no debe durar mucho. Uno es un hombre de mundo. Conoce las durezas de este mundo. La "sorpresa" o cualquier otra expresión no debe sobrepasar el tiempo total y único de la caída. A algunos les dura hasta que se lo cuentan a sus nietos. Una medida máxima sería lo que tarda en escucharse la ambulancia.

Lo que se diga al principio de la caída es muy importante también. Las frases trilladas de algunos excursionistas, del tipo "¡Uy!" o "¡Eeepa!", serán descartadas de plano.

Se puede practicar en los momentos en que uno está solo en la casa, equivocándose a propósito de habitación. Educando mente y cuerpo con un "¡síganme los buenos!" y dejarse caer en la cama. También un "¡Tragame, Tierra!" y hacerse una bolita. O un simple "¡Épale!", que no es palabra que signifique algo. Téngase algo preparado para las caídas desde animales de carga o vehículos en general.

Y no, no soy hijo del griego Noatinounas.

Pero hablaba de puntaje en el estilo de caída y me fui por las ramas. De las que también me he caido.

Así que hasta aquí llegué, porque me está doliendo la cadera.

 

100 % Diego

 
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