De A Caballo
28 de julio en 2012
De A Caballo
 
¿Ustedes han salido a montar a caballo?.
¿Vieron que alto es el bicho ese?.
Además de más alto y ancho que una motocicleta tiene volante grande como el camión y mandos en el mismo.
Algo que uno debe tener en cuenta es que también tiene el freno ahí. Me pasó, incluso, que cuando íbamos cabalgando (suave, pero cabalgando) se me dio por indicarle a Guadalupe que fuéramos hacia la izquierda a ver un sembrado de soja, porque yo no conocia la planta en persona.
Dos aclaraciones.
Uno. Ni era sembrado ni era soja.
Dos. Las riendas (el volante) son dos tiras de cuero haciendo un círculo que el caballo muerde permanentemente. Las puntas de esa rienda las tiene el jinete en sus manos. es como tomar el volante del coche desde abajo; aunque sentado con las piernas a los costados del asiento.
Cuidado con buscar a tientas el freno de mano. Para los primerizos, las yeguas.
Bueno, miren, al hacer mi brazo a la izquierda lo hice también con la mano izquierda. Y con la mano, la tira de la rienda.
Así que señalé con todo el caballo hacia "la soja".
Y allá fuimos. El caballo y yo.
Fue como poner las luces de dirección ya con el automóvil en la esquina y girando; haya paso o no.
Guadalupe era hermana además de amiga. Ya se imaginarán ustedes que toooda la familia se enteró de esa manera muy mía de encarar un nuevo rumbo.
Otra cosa que parece evidente es que el matungo puede pasar por entre unos árboles o entremedio de yuyos altos y ásperos, pasa sin preguntarte "¿Por acá te parece bien?". O "agachate un poco, que estás muy alto".
Así que cuando uno se apea ve que, de la rodilla a los pies, juntó abrojos, cardos, hinojos y enredaderas varias.
Y hablando de abajarse, para cuando el paso es por debajo de la copa de los árboles, te das cuenta de agacharte sobre el lomo del equino. Pero cuando, después de pitar algo a la sombra de esos árboles, te subís al rocín, el cuadrúpedo no te va a avisar que tal vez debas mirar bien antes de montarlo.. Esa rama gruesita que parecia a propósito para agarrarse mejor y subirse puede ser la misma que te incrustás en las costillas. O donde la espalda cambia de nombre (*).
Y para qué vamos a hablar de las ramas que quedan a la altura de la cabeza.
Porque yo tengo 1,70 y la robusta rama estaba casi a 3 metros.
Si, si. Ya sé. Debí calcular con la alzada del caballo. Desde entonces lo tengo anotado en un trozo que sobró del vendaje.
Afortunadamente mi hermana ejerció enfermeria profesional cuando fue joven.
 
Para terminar con esto diré que, aunque me falta mucho para cbalgar como Pancho Villa, ya no me siento como Cantinflas.
 
(*) El cuello.
 
Guadalupe A. M.
[12-09-1960/26-05-2012]
 
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