Asaltantes

2015.09.11

Asaltantes

 

Debido a una baja importante en mis recursos financieros decidí hacer turismo aventura. Traducido: viajar "a dedo" y dormir en los rincones menos transitados.

Estaba una noche en pleno ejercicio de Morfeo, que en el caso es como los de Pilates sin catres ni movimientos (excepto el desperezarse), cuando un atorrante local me despierta para hacerle de vigia. Le respondí que yo tampoco me muevo gratis y el pago es previo al menage, mientras señalaba a la señora que estaba oficiando su arte a 12 metros de nosotros.

Cuando comenzó a contar monedas le pregunté si planeaba asaltar teléfonos públicos o me iba a tratar de idiota por ¢50 el minuto.

Le propuse que me dejara una herramienta como garantia, pero resulta que se necesitan herramientas para asaltar una ferreteria. Parece chiste, pero no lo es.

Le pedí el calzado, unos lindos borceguies con suela de goma y un paño debajo. Me contestó que los necesitaba -así- para movilizarse silenciosamente por el local y en las calles. Esa misma razón le expuse para sacarse el pesado calzado y caminar cubierto sólo por las medias.

Objetó que no, pues podria haber clavos tirados -caidos- en el piso.

Se agachó, tomó una piedra grande y se la tiró a una de las ventanas altas que estaban con rejas, sin malla metálica. Cuando salió corriendo supuse que se habia enojado y orientaba su ira hacia una ventana que no tenia culpa de nada.

No. Fue para saber como funcionaban las alarmas que tuviera el negocio. Unos 10 minutos después pasaba por el lugar, muy muy muy despacio, un vehículo con insignias de una empresa privada de seguridad. ¿Los vecinos?. Durmiendo como lirones, aparentemente.

Esperamos 50 minutos y nos arrimamos a la pared de la ventana rota y me pasa el teléfono para que le haga una selfie.

Se ve que no tenia pensado robar para tenerlas y trabajar; a la maza la agarró por su ástil, pero al punzón lo tomó del medio y orientó la cabeza hacia la pared.

Le hice la foto y aproveché el móvil (teléfono, no delito) para llamar a la policia; al destacamento de la zona, no la de urgencia, para preguntarle el teléfono del hospital. de esa llamada se toma nota -dia, hora, motivo-, pero no se graba; del *911, si.

Con la llamada de pregunta (policia) y la llamada de solicitud (hospital) nos daria un margen de 10 á 15 minutos para conseguir salir de la zona, dentro de la ambulancia, mientras se presentaban los de la empresa de seguridad y prevención (por la alarma) y luego los policias.

30 minutos en total, luego del boquete, para elejir dos cajas grandes de herramientas de metal ruidoso.

Al golpear chingado el cortafrio, se lastimó la parte carnuda de la mano. Soltó la maceta, que le cayó sobre el pie luego de rozarle la rodilla. Al levantarlo del charco donde se dejó caer (con sus lágrimas) ya teniamos a la ambulancia acercándose.

Prefiero trabajar. Es menos exigente.

Se considera que el trabajo gasta al hombre; aunque suele ser la esposa la que gasta más, porque quiere estar bella y limpia igual que la casa. Incluso algunas son así de cuadradas (mentalmente).

Si bien el mundo occidental se halla agobiado por la insaciable demanda de menos trabajo y más remuneración, cosa que pretende a la vez no una o la otra, es preferible trabajar que salir armado con un  garrote para apalear y matar osos, lobos, elefantes, tucanes, boas y demás exquisiteces que llenarian nuestras cuevas totalmente amobladas, no como las de los neandertales.

Esos si que no trabajaban. No tenian ganas de limpiar el lavabo o el inodoro y hacian "por allá, apartado". Tampoco se tomaban el trabajo de afeitarse por esta o aquella razón.

Ser el homo faber permite escribir varios capítulos en la Historia Universal. El ladrón, caco o como se lo llame generalmente provoca escritura en su historia clinica o en su prontuario.

 

100 % Diego

[2015-10-25]

 

 

 
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