Ellos por razones que no vienen a cuento se mudaron a España y Bélgica.
Y lo que me contaron y sus comentarios, sus expresiones, me trajeron un recuerdo de cuando yo estuve por esos lares...
Antes era distinto. Uno se podia encontrar algo solo, podia tener alguna dificultad de comunicación y extrañar el mate, el dulce de leche o El Mundo de Maria Azucena (que Dios la mantenga oculta a los mortales).
Pero ahora no, viejo.
Te bajás en el aeropuerto de Barcelona o el de Madrid y es lo mismo que bajarte del 4 que va a San Benito.
Uno respira una buena bocanada de aire mientras baja las escalinatas del boin, levanta la vista como para mirar el paisaje y ya te están saludando un par de caras medio conocidas, termo en la mano, en ojotas y que te dicen (gritan) ¿Qué hacés papá... ?
Y guarrrda con las valijas. Porque voy para la cinta transportadora y miro alrededor. Y veo a un tipo que se hace el sota y levanta la cabeza como buscando algo.
¡Chau!, argentino que "distraidamente" toma los bolsos equivocados.
Yo no; pero alguno llegó al hotel y abrió sus paquetes, seguro tiene dos encantadoras trusas y una falda larga para ponerse... de vaya a saber quien.
Muy lindo, pero no sería mi estilo.
Y esperate un poco, que aún falta quién nos lleve al centro.
Me subo al primer taxi que pase y me inspira desconfianza el primer cartel que vi, prolijamente pegado al vidrio.
-> No recibo Bonos Federales <-.
Y el tachero que se quiere hacer el gallego, pero por ahí se le escapa:
- Estos gurises de mier... -
- Un dia de estos los atropeyo, un dia... -
- ¡¡ Salgan de adelante que los voy a chocar, che !! -
- ¿Vio que se viene el tiempo, don?. Acá es así. El clima no tiene ni goyete... -
Bue... pasó...
Vamos a comer algo y veamos como pinta la cosa.
Lo llamás al mozo y el tipo... mudo.
Uno le pregunta por el menú y el tipo te señala la carta.
Pero... ¿qué es lo que me señaló?.
El dibujo de un bruto mandubé con salsa criolla (¡en pleno Barcelona!).
Buen provecho, gracias.
Salgo a chusmear la ciudad, su clima, costumbres, horarios, la contundencia europea del buen pasar, la idiosincrasia española. Sus cosas, bah.
Y caminando por sus rancias o plebeyas veredas (o azeras), uno escucha cosas como:
- Mamita... -
- Yegua... -
- Pedazo de potro... -
- Vení, gallega, rompeme el mate a carterazos. -
- ¡ Qué maquinón, mi dio'... ! -
Y se siente (presiente), allá a lo lejos,
- Cambio... cambio... Dólares, patacones, pesetas, la gotita, agujas, alfileres, caños de escape... -
Ahí nomás, entro en el primer bar, pido un cortadito al "mosaico" y les escribo a los mios, con todos los extraordinarios descubrimientos (ja, otra que "Encuentro") en los dos primeros dias en el Viejo Continente.
100 % Diego
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