Buscando trabajo

21 de abril en 2010

Buscando trabajo

 

 

Conseguí hace poco parte de una changa (chamba, curro, etc.), que consistia en remodelar una casa familiar.

A esta casa se le hizo un cambio total del frente. Le sacaron terreno al jardín, le pusieron dos canteros en la vereda, alero en el garage, en el fondo, rejas...

En esto de las rejas me tocó la suerte de ser ayudante siendo un simple aprendiz. Yo conocia solamente la soldadura autógena (con tubos acetileno-oxígeno) y me propusieron aplicarme a la eléctrica. Un sistema bastante diferente.

La cuestión es que me entusiasmé y soldé todo lo suelto. Rejas a los tarugos en las ventanas, rejas y ornamentos a los pilotes sobre el tapial, puertas a sus marcos, ventanas de hojas abiertas...

¡Ni siquiera se dignó salir a despedirme el dueño de casa!. Desde adentro me gritaba.

Ni me agradeció que le soldara la tapa del baul del auto; que habia quedado abierta cuando bajaron las compras hechas en el supermercado.

Antes de eso estuve como jardinero durante unos meses que fueron agobiantes. De las casas donde me llamaron, ninguna tenia patio ni jardín bajo techo. Todos afuera.

Y todos con insectos. ¡Vieran los mosquitos que habia en algunas!.

Corté con este asunto de poda y tala porque una señora que me resultó muy centrada, tranquila, me mandó a la calle sin pagarme algo de lo hecho. Diciendo que lo habia deshecho, para colmo de males.

Enojadísima y enloquecida la tipa.

Resulta que le estaba -yo- sacando todas las flores que no se abrieron en un rosal y empieza a los alaridos y aspavientos.

Porque, en este rosal, todos los santos dias salian más y más. Pero cerradas, como en capullo. Bien apretados los pétalos.

Es cierto que quedaba medio tristón el arbusto, ¿pero qué culpa tengo yo de que no se abrieran sus flores?.

Antes aun que estas changas, un matrimonio joven me contrató de palabra para pintar una casa que estaban terminando de construir. Me habian dicho el color principal y del piso y de las aberturas que eran de madera y que irian pintadas más claritas y que pin, que pun, que pam.

Hice que "si" con la cabeza, como si hubiera entendido sus pretensiones y me dediqué a pintar.

Cuando terminé la primera mano me di cuenta de lo que querian. O eso supongo.

Como el piso quedaba salpicado, lo pinté del mismo color en cada ambiente, todas las habitaciones.

Y las puertas, una mano de cada lado, ¿no?.

No me pareció que quedara muy lindo, pero sobre gustos...

Al despedirme de ellos hubo a mis espaldas observaciones verbales como "peloduro" (sería por las brochas usadas) y algo de "pintarle el ¿bulo? a tu hermana".

Hoy estoy escribiéndoles esto desde el Centro de Integración Comunitaria. Estoy a prueba de buena conducta ciudadana (probation, para los finos), pues está en entredicho el valor de mi palabra.

Hace un par de años no atendí las necesidades de una persona -una mujer- que estaba, en ese entonces, en la cama, encerrada en su domicilio.

Si bien ella me dijo que quedó insatisfecha, no pensé que el tono amenazador de ir a la quinta, fuera realmente ir a la seccional quinta. Como ella tiene gustos... rústicos.

Para darles una idea, recurria seguido al dicho enterrame la zanahoria en el matojo. Cosa que, como todo gigoló sabe, requiere una sólida firmeza de miembros activos en un ámbito íntimo.

Pero no tengo un vegetal insensible y me duele cuando me mastican.

Si bien la dama estuvo siempre abierta a pro-puestas nuevas (como ya indica el prefijo pro) era muy mandona y le daba por ordenar esto y aquello. Lo malo es que se posesionaba y me la agarraba como bastón (-cito) de mando * y me tironeaba mucho.

Sin llegar a ser puré, tampoco quedaba fresca y lozana.

Bueno, se me terminó el descanso.

 

* No quise poner báculo, ustedes comprenderán.

100 % Diego

 
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