24 de diciembre en 2011   Buscando empleo (2)   Estaba esta tarde reciclando envases para rellenarlos luego (una vez limpios y secos) con diferentes sustancias líquidas. Estos líquidos pueden ser detergentes, perfumes, cloros y venenos en general que tienen su período de eficacia durante casi un año. El detergente se pone aguachento y pierde bastante poder desengrasante. El perfume cambia hacia un aroma fétido y me hace acordar a los líquidos que se ven en las películas de terror. Alien y esas. El cloro transmuta a un líquido amarillento dentro de un envase de goma blanda que impide que lo tiremos en un impulso de repulsión. Se estira y aguanta lo suficiente para que uno se confie y entonces se rompe por debajo y hacia los costados sincronizando asombrosamente con el momento en que nuestras piernas están más juntas. En relación al veneno desconozco si resulta tóxico para los bichos que sólo les hace cambiar la voz, por ejemplo. Debe resultar complicado amenazar a las cucarachas a ingerir eso antes de la fecha de vencimiento como si fueran criaturas que no quieren tomar la sopa. Digo esto sin ánimo de insultar con la comparación a esos seres pequeñitos. Todos sabemos que las cucarachas son más limpias. Esto me recuerda que en mi casa paterna no nos dejaban tener animales pequeños. Mis hermanas, que eran mucho mayores, tenian uno cada uno. Mi hermano y yo. A Ignacio y a mí nos permitian sólo tener piojos o pulgas. Éramos muy pobres para alimentar dos mascotas. Esto de fraccionar artículos de higiene (+ leña/carbón + alimento para animales pequeños) fue porque cuando me decidí a ser actor erótico y pornográfico me resultó muy complicado. Por un lado, habia que ofrecerse, pero siendo heterosexual, debia ser activo. También debia manejar otras situaciones confusas. Habiendo trabajo, debia estar parado. Tener la cabeza dura, pero ser flexible. Incluso tenia disponible un video; un cortometraje que usé como muestra gratis. Y cuando quise publicar un aviso en el diario me salió con que me cobraban por centímetro la columna. A lo que se sumó una mirada socarrona de la recepcionista cuando le dije que la mía iba a ser de doble ancho para los domingos. Era como volver a vender Seguro de Vida y Medicina PrePaga. Tuve que encontrarle la vuelta para poder hacer clientes. A los de medicina pre-paga se los convencia relativamente fácil. Bastaba con hacerles ver que tendrian médico a domicilio sin tener que afeitarse (cara o piernas) para ir a consulta. Pero los del seguro de vida eran más reacios. No los convencia la idea mortal de pagar con su vida para que alguien más se beneficie. Tampoco ayudaba mucho que digamos el requisito previo de demostrar que estaban sanísimos en el momento de firmar voluntariamente. En fin... Voy a cortar acá para darle de comer al gato. Desde que lo dejé que se sirva solo ha aprendido a desparramar el alpiste y la mezcla para gallinas ponedoras.   100 % Diego [23/11/2001]