2015enENERO

2015.01.15 Todos buscamos las mismas cosas

TIPOS SUELTOS

Todos buscamos las mismas cosas

Sobre el poder unificador del cuarteto.

Por: Daniel Zalman

 

Mi amigo Guille insistió tanto que no le pude decir que no. Me obligó a ir con él a una fiesta de un hermano de un amigo que, le habian asegurado, se ponia buenísima. Yo tenia mis reservas: el organizador era un profesor de la universidad, lo que equivalia a decir que la mayoria de los invitados sería de ese ámbito. Y la verdad es que las charlas académicas no son lo mío.

Pero decidí dejar de lado los prejuicios y acompañé a Guille.

La primera impresión fue como la imaginé: en las fiestas de académicos no se usan vasos de plástico, no hay bebidas baratas, pone música a medio volumen un DJ amigo, el departamento del anfitrión es pequeño pero bien decorado y la gente se viste al estilo casual: la mayoria usa ropa de marca, pero intentan que no se note.

Todos se van agrupando por áreas de interés. Un grupito habla de política, pero con conceptos profundos que trascienden la coyuntura. Otro discurre sobre tesis doctorales y de lo difícil que es llevarlas adelante cuando, por ejemplo, se trabaja dando clases: un sacrificio que -lo dicen de manera políticamente correcta para que no parezca que discriminan- un empleado de comercio no entenderia nunca.

Intenté acercarme a un grupo que hablara sobre la forma de hacer un buen choripán o sobre sexo, debates en los que medianamente podria desenvolverme, al menos sostener una postura coherente. Pero nada.

Estaba por irme, cuando de repente todo cambió. Fue el día y la noche. Un clic: el DJ, en un rapto repentino de mundanidad, hizo sonar a todo volumen “Se han tomado todo el vino”, de la “Mona” Jiménez.

Todos se transformaron: comenzaron a bailar juntos, a saltar, a chocar las copas, a cantar atolondrados  la letra de la canción, a insinuarse unos con otras. De ahí en adelante sólo se bailó cuarteto, los cuerpos chocaron sin parar y los que iban teniendo suerte se despedian para irse de a dos a la casa de alguno de ambos.

Llegué a la conclusión de que en las fiestas de académicos todos quieren lo mismo que en cualquier otra farra: tomar, bailar cuarteto o cumbia y tener sexo en algún momento.

Derrumbé mis prejuicios, aunque no conseguí ninguna académica. Algo es algo.

 

2015.01.28 Como cortar un romance

TIPOS SUELTOS

Cómo cortar un romance

A veces, las tecnologias se ponen en nuestra contra y hacen todo lo posible para que no encontremos el amor.

Por: Daniel Zalman

 

Hay un mito que dice que los amores de verano son los mejores. Que siempre hay alguno. Que son efímeros, pero se recuerdan toda la vida.

La idea bucólica era: salgo de vacaciones, voy a un sitio exótico, conozco a alguien de otro lugar. Nos conocemos, nos enamoramos. Pasamos 15 días intensísimos. Y nos despedimos para siempre, entre lágrimas. Fin de la historia.

Lástima que ya casi nadie sale 15 días y que las vacaciones son cada vez más caseras. O más cercanas. Lo más exótico que conocí el año pasado fue una chica que vivia en la zona rural, a una hora y cuarto de la ciudad viajando en el interurbano.

Menos mal que existen las redes sociales. Esa fue mi principal actividad la semana que estuve de vacaciones.

Lo mejor que me pasó: inicié una conversación más que interesante con una chica de 35, separada y con una hija. Justo mi target. Su nickname: @juanalacuerda72.

Era muy divertida. Nos enganchamos enseguida. Pasamos casi una noche entera chateando. Por suerte fue por chat: no pudo darse cuenta de todas las veces que tuve que levantarme para ir a orinar. Y miren que son muchas.

Todo iba sobre rieles y casi estallo de emoción cuando empezamos a hablar sobre encontrarnos en algún bar.

Hasta que, de repente, sonó un trueno en la lejania. Entonces, la luz se cortó abruptamente.

Fueron casi siete horas sin energia. Me quedé sin compu, sin Internet, con las cosas de la heladera podridas y -lo más importante- sin @juanalacuerda72. 

La busqué al otro día pero no apareció. ¿Se habia cortado la onda?. ¿Se le habria cortado la energia también a ella?. ¿Habrá preferido no retomar la charla para que le quede en el recuerdo aquella comunicación inolvidable, sin el riesgo de que la arruináramos con un encuentro real?. Ojalá, porque a todas las demás explicaciones las conozco de sobra y ya me tienen cansado.

 

 
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