2014DICIEMBRE

2014.12.02 Ser o no ser “top”, esa es la cuestión

VIDA DE SOLTERAS

Ser o no ser “top”, esa es la cuestión

Me hice la difícil y me salió mal...

Por: Margarita Dundi

 

El domingo a las 11 sonó la alarma de mi celular. Lo apagué y cuando estaba a punto de hundirme de nuevo en las sábanas, recordé que soy soltera y salté de la cama. Al mediodía Fran me buscó para asistir a una charla de PNL. Me cambié con un estilo “top”.

La “topitud” para cualquier género está dada por la utilización de objetos o de prendas inadecuados para la ocasión. Es decir, una mina como yo, va a la playa con una remera que puede ensuciarse con bronceador, con las ojotas gastadas y un bolso de tela que me regalaron en la farmacia.

En cambio, las top de verdad lucen camisolas de gasa que yo ni siquiera me pongo para el Año Nuevo; sus ojotas tienen plataforma y el bolso que utilizan es transparente porque no temen mostrar todo lo que llevan. Detesto la “topetitud”.

Me puse una calza azul satinada, tacos y una remera con volados. Cuando Fran pasó por casa, noté que algo no estaba bien. Fue como mirar una ensalada rusa y descubrir, sin probarla, que estaba fea. Él usaba un short azul con vivos amarillos, una remera amarilla fluorescente y zapatillas azules.

Condujo hasta una plaza y descendimos. Se nos acercó una señora peleada hace décadas con el peine y la tintura. Detrás de ella se sumaron otros, entre ellos, un hindú que me leyó las manos cada cinco minutos. Todos me abrazaron y me dieron la bienvenida a yoga.

“¿Esto no es PNL?”, lo inquirí a Fran. “No, nena. Vinimos a yoga”, me contestó. Nos sentamos en el pasto y formamos una ronda. Cerramos los ojos y nos trasmitimos energia. La única trasmisión que tuve fue la transpiración de los que me dieron la mano.

Al finalizar el encuentro, que duró injustamente casi toda la tarde, Fran me propuso ir a su casa. Enmudecí hasta que recordé que soy soltera y le respondí que si. Mi mayor preocupación fue advertirle a mi vieja de mi ausencia. No queria que me rastreara en la morgue.

Vimos una película y más tarde Fran pidió chop suey para cenar. Cuando anocheció, me invitó a su habitación. “Lindas cortinas”, fue mi primer comentario. Sus intenciones avanzaron y lo frené. El tipo me aclaró que me respetaba y que esperaríamos. Yo no queria esperar, me hice la difícil y me salió mal.

 

2014.12.05 ¿Cómo será La Gorda como mamá?

VIDA DE SOLTERAS

¿Cómo será La Gorda como mamá?

La Gorda me eligió como madrina de su primogénito (que ni siquiera engendró).

Por: Margarita Dundi

 

La Gorda me eligió como la madrina de bautismo del hijo que tendrá. Primogénito que, por otra parte, aún no fue concebido. Me alegré cuando me confió esa misión. Sin embargó, después me pregunté cuál es el rol de los padrinos. Yo ni siquiera se quienes son los míos.

Le transmití mi duda a mi vieja. Ella me contó que mis padrinos fueron dos compañeros de trabajo de mi papá. Mi papá les propuso la idea y aceptaron. Al mes, mi viejo cambió de empleo y no se vieron más.

Gracias a La Gorda descubrí que no tengo padrinos de bautismo. Cuando superé la falencia, imaginé como será La Gorda cuando tenga un hijo. Pienso que será de esas mamás que te retan con la mirada.

Seguro que será de las que les piden consejos a las abuelas para luego criticarlas. Y de las que afirman que no importa cuánto sepa su suegra, su mamá siempre le proporcionará una mejor respuesta. También creo que se convertirá en una adivinadora de los sonidos del bebé. Entenderá qué implica cada grito.

Sin dudas culpará a su pareja de no resolver las cosas como ella lo hace. Le hará un juicio cada vez que coloque mal un pañal y cuando no consiga que el niño se duerma en el mismo tiempo que ella destina. Y lo condenará por no despertarse cada vez que el bebé requiera algo.

Además, lo culpará por no intervenir ante situaciones que considere abusivas por parte de otras personas. Por ejemplo: que hablen en voz alta cuando el niño duerme; que le quieran dar la mamadera sin respetar el amamantamiento y que le digan: “Dejálo llorar hasta que se le pase”.

Lo hará dormir a su lado para percibir su respiración. Y cuando esté en alguna reunión social, supervisará, lo mas seguido que pueda, cómo está el bebé en el cochecito.

Seguro que La Gorda dejará de pensar en ella misma y priorizará a su hijo ante todo. Se olvidará de sus logros personales y verá en él su mayor ambición. No le importará parecerse a una mujer porque preferirá que la vean como a una madre.

Escribo y es como si la tuviese enfrente. Tiene un vestido con flores azules; las sandalias semiabrochadas porque los tobillos se le duplicaron y se ató una media cola en el pelo. En los brazos sujeta a mi ahijado. Me pide que lo alce, pero antes de acercármelo, coloca alcohol en gel en mis manos. Sin dudas, será una gran mamá.

 

2014.12.09 Nosotros y ellos somos desalmados por igual

VIDA DE SOLTERAS

Nosotros y ellos somos desalmados por igual

Por: Margarita Dundi

 

Por lo general, las mujeres nos quejamos de la insensibilidad de los hombres. No entienden cuando estamos en “nuestros días” y nos sentimos feas y con mal humor. Tampoco comprenden nuestra desilusión si nos probamos la bikini que usamos el año pasado y no nos entra.

Desconocen las implicancias de no tener qué ponerse y de no contar con zapatos que estén a la moda. Descalifican nuestra tristeza cuando nuestro jean favorito se rompió, lo mismo que si el esmalte que nos gusta se acabó.

No conciben que nos sintamos incómodas si estamos en una pileta al lado de una mina que es una “bomba”. Ellos no magnifican la decepción que tenemos si tras un alisado permanente en el pelo, lucimos un festival de estática.

Los hombres minimizan la desdicha que significa perdernos un capítulo de la novela que miramos. Así como también el vacio que experimentamos cuando la novela termina. Ellos no consideran nuestra decepción cuando derrochamos gestos románticos y esa actitud no es recíproca.

Sin embargo, nosotras no entendemos por qué se deprimen por un partido de fútbol. Que hasta hoy lloren porque la selección argentina perdió la final del mundial, es innecesario. Incluso nos resulta insignificante preguntarles por su rendimiento en el partido de fútbol que acaban de jugar con amigos.

Pensamos que la caida del pelo que sufren es parte del paso del tiempo, mientras que ellos sienten que es el final. A su vez, les reprochamos que compren productos para prevenir la calvicie porque malgastan el dinero.

Creemos que sus reuniones con amigos no tienen importancia. Tampoco nos interesa si uno de sus amigos se siente mal porque la novia lo dejó cuando advirtió que la engañaba. Es más, nos regocijamos con el abandono.

No apreciamos cuando hacen voluntariamente los labores de la casa porque, por lo general, siempre son a medias. Dejan los platos grasosos y los vasos veteados cuando los lavan. Esta situación nos obliga a repasar sus tareas.

Por último, tampoco estimamos los regalos que nos hacen. Si nos obsequian un short que no nos entra, les criticamos desconocer nuestro talle. Si nos desagrada el color del short, alegamos que ignoran nuestros gustos. Al final nosotras también somos insensibles.

 

2014.12.10 Un cumpleaños incómodo

VIDA DE SOLTERAS

Un cumpleaños incómodo

¿Hay que ir a todas las fiestas?

Por: Margarita Dundi

 

Ciertos ofrecimientos deben rechazarse de entrada. Una invitación a un cumpleaños de una ex compañera de la secundaria pertenece a esa clase. “No podemos faltar al cumpleaños de Sandra Montenegro”, me dijo La Gorda.

Le aclaré que no la recordaba. Me detalló que se sentaba cerca del pizarrón, que nos convidaba su merienda en el recreo y que todo el curso la eligió como la mejor compañera. Por último -y allí supe de quién hablábamos- agregó: “A la que le copiabas”.

Aproveché y le conté a La Gorda como manejarse en un cumpleaños siguiendo cuatro ítems.

Horario: Los tímidos deben llegar temprano para evitar los besos. Y los que adoran las relaciones públicas tienen que arribar 40 minutos tarde para sobresalir.

Salutación: Ante el desconocimiento de la fecha exacta del cumpleaños, conviene esperar que otro invitado felicite al homenajeado, para escuchar en qué tiempo verbal lo hace y luego imitarlo.

Comida: Dos horas antes de asistir a un cumpleaños no hay que comer. Las papas fritas, los canapés y el sándwich de miga preceden a la comida en serio. Lo ideal es aguantar hasta que liberen el plato principal. Y siempre hay que dejar un espacio para la torta.

Obsequio: Un cumpleaños es una oportunidad para deshacerse de los regalos que nos hicieron y que no nos interesan. Es importante, como alguna vez conté, anotar de quien proviene para no regresárselo a su dueño. Que el objeto no concuerde con los gustos del destinatario es secundario.

Ubicación: Lo mejor es sentarse cerca de la heladera para pispear el menú. También sirve ubicarse próximo al baño para saber cuando se desocupa, aunque la distancia debe ser considerable para no inmiscuirse en lo que ocurre adentro. Si hace calor, la cercania con el aire acondicionado no se negocia.

La Gorda se quejó de tanta información y desistió de asistir al cumple. Le avisó a Sandra y ella le contó que está armando una juntada para despedir el año. Esa puede ser una buena oportunidad para llevarlo a Fran conmigo. Pero primero tengo que analizar como presentárselo a mis ex compañeras, porque la última vez les aseguré que, otra vez, estaba comprometida.

 

2014.12.15 5 cosas que desea un soltero

VIDA DE SOLTERAS

5 cosas que desea un soltero

Por: Margarita Dundi

 

En plena mateada con La Gorda surgió un debate por una columna que escribió Daniel Zalman. Hace un tiempo dijo que los solos no extrañan 7 cosas de la vida en pareja. Con La Gorda primero criticamos el regreso del top que evidencia la flacidez de la panza y luego armamos nuestra lista, pero con 5 situaciones que ansiamos los solteros.

Los solos vemos una pareja en la calle y pensamos en todas aquellas circunstancias que no disfrutamos por no tener con quien. El “apalomarse” de lleno (casamiento o concubinato) o a medias (noviazgo) conlleva beneficios que describo a continuación:

1. Actividad física de roce. Cuando llueve o está nublado, el “apalomado” se inclina por esta opción que el soltero (sin ningún tipo de saliente) no puede ejecutar. Ver un capítulo repetido del Chavo del 8 o de Los Simpsons no es una alternativa para quien está acompañado. Hurgar Youtube para encontrar una película estreno, tampoco.

2. Agarrarse de la mano. Quienes se toman de la mano, se quieren. Los solos envidiamos a las personas que se estrechan las manos. Quien da la mano, le grita al mundo: “Estoy apalomado y me gusta”. El único contacto que tiene un solo con otra mano es en una entrevista laboral.

3. Utilizar los descuentos 2x1. El soltero desaprovecha todas las promociones. Paga más cara la comida y la bebida. Si va al cine, gasta mas en la entrada. Si compra un balde con pororó, el dinero para costearlo sale únicamente de su bolsillo y nunca lo termina. Regresa con el balde a su casa y al día siguiente tiene que tirar el saldo de pororó porque está húmedo.

4. Compañía. Los “apalomados” no saben que implica asistir a un casamiento y que los ubiquen en la mesa “de las sobras”. En esa mesa confluyen los invitados por compromiso, los familiares no queridos por los novios y los solos. El solo sueña que figuren dos destinatarios en el sobre de la invitación.

5. Compartir calorias. Los solos comen helado hasta que la cuchara roza el fondo del envase, mientras que los comprometidos dividen los hidratos de carbono. El “apalomado” compra un chocolate para repartirlo con su pareja. El soltero come dos chocolates; el primero porque tiene ganas y el segundo porque se entristece al no poder compartirlo.

 

2014.12.17 Me caso en unos meses

VIDA DE SOLTERAS

Me caso en unos meses

Por: Margarita Dundi

 

El viernes nos reunimos en la casa de Sandra con algunos ex compañeros del secundario para despedir el año. Fue un festival de las sobras de Navidad. En los días posteriores al 24 y al 31 parece que sólo existen algunos alimentos: vitel toné, ensalada rusa, pan dulce, turrón, sidra y pollo al horno.

Le pedí a Fran que nos acercara, a La Gorda y a mí, a lo de Sandra. Como a La Gorda no le gusta viajar sola en el asiento de atrás, me senté a su lado y Fran quedó como chofer. Mi idea era que mis compañeros saludaran a Fran a la distancia y zafar de presentarlo como mi prometido (porque él no sabe que lo es). La cosa no fue así. Fran encaró hasta la puerta. Le expliqué que Sandra tenía varicela y que no podía entrar. “Tuve a los 6 años, no me preocupa”, me contestó.

Nos recibieron Sandra y Martita (mi mayor enemiga en el colegio). Fran estaba vestido de blanco, parecia una novia. Sole, la que siempre fue la “modelito” del curso, le echó el ojo. Me le acerqué y le susurré: “Este campito lo alambré yo”.

En cuanto pudimos, huimos con La Gorda al baño, ella por necesidad y yo para acompañarla. Cuando volvimos al living, Fran conversaba con mis ex compañeras. Les contaba que una novia que lo dejó a las horas de volver de viaje por Europa, le saturó la tarjeta de crédito y nunca le pagó.

Fran se acomodó el jopo y mencionó algo de un viaje a Brasil con otra novia. “El tipo siempre cuenta lo mismo”, pensé. La Gorda que ya sabía la anécdota hundió el tenedor en la ensalada rusa. Después supe que entre bocado y bocado reveló su idea de tener un hijo.

“¿Cuándo se casan?”, me preguntó Martita. Sin dudar, aseguré: “En marzo”. Martita levantó las cejas y buscó complicidad con Sole. Fran no escuchó mi respuesta. Sin embargo, se acercó, cruzó su brazo por mi espalda y afirmó: “Si fuera por mí, me casaria hoy”.

Después agregó que lo enamora mi espiritualidad y que estamos preparados para generar una unión de amor y de paz, aunque primero ansía cumplir su misión en el mundo. Me fui a comer pan dulce en cuanto mencionó lo de la espiritualidad, el resto me lo contó La Gorda. Al menos todos piensan que me caso en unos meses.

 

2014.12.22 Conviene llevarse bien con los amigos del saliente

VIDA DE SOLTERAS

Conviene llevarse bien con los amigos del saliente

¿Hay que ir a todas las fiestas?

Por: Margarita Dundi

 

Fran me invitó a un meeting (así dijo él) con sus amigos. Los amigos de nuestra pareja pueden convertirse en aliados u oponentes. Lo ideal es caerles bien de entrada para que nos defiendan. Si la relación con ellos arrancó mal, nos criticarán.

La persona que se pone de novio cuenta con información de los amigos de su saliente y viceversa. El saliente ya sabe cual es el solterón, el vago y el mala onda del grupo de amigos. Del otro lado, los amigos saben si el saliente es celoso y si hubo roce en la pareja.

El meeting fue en casa de Sebas (por algún motivo no pronuncia tián). El guardia de seguridad nos autorizó la entrada. Nos recibió un tipo. Supe de inmediato que era Sebastián por el uso indiscriminado de cadenas de oro. Repasé mentalmente su prontuario: Cuarentón; en pareja desde hace dos años y le asusta la convivencia.

Detrás de Sebastián, apareció Marco, su novio. Prontuario: obsesivo con la limpieza, comprador compulsivo de productos en internet; celoso de Fran. Y algo que no estaba contenido en sus antecedentes: exagera la combinación de su vestimenta.

El árbol de navidad que arma mi vieja con cuatro a cinco adornos por cada rama es más sutil que el look de Marco. No combinar la ropa que nos ponemos es menos agresivo a la vista que la combinación excesiva.

Marco tenia el short, las ojotas, la musculosa, la gorra y hasta el armazón de los anteojos de sol, de color violeta. Me hizo acordar a una prima que defiende la “combinación excesiva”. Desde el esmalte de las uñas de los pies hasta las hebillas del pelo son verdes.

Nos saludamos con un beso y pasamos al quincho ubicado frente a la pileta. Marco me ofreció un licuado de durazno y yo le convidé unos cañoncitos con dulce de leche que saqué de la cartera. Nos simpatizamos de inmediato.

Después de conversar un rato, Marco me preguntó si no me cansaba la onda espiritual de Fran. Los tres (excepto Fran) largamos unas carcajadas. “¿Para cuándo los confites?”, le tiré a Sebas. Contestó, entre risas, que eso no pasaria.

Marco levantó el tono de voz y le avisó que ya no estaba para perder el tiempo, lo acusó de inmaduro, se despidió de nosotros y se fue. Sebas se disculpó y nos invitó a volver en otro momento. Me parece que Sebas no me defenderá ante Fran.

 

2014.12.29 10 regalos que te hacen cuando no te quieren

VIDA DE SOLTERAS

10 regalos que te hacen cuando no te quieren

Por: Margarita Dundi

 

El regalo que le hacés a una persona es proporcional al afecto que le tenés. Si esa persona te importa, sacrificás otras cosas para poder cumplir con sus anhelos. Pero si no es así, le obsequiás un paraguas que no abre bien o un adorno que solo sirve para juntar polvillo. En este caso, el regalo representa una obligación.

Hay personas que entienden muy bien esta lógica, incluso diria que tienen un don especial para elegir regalos feos. Este grupo de personas, encabezado sin lugar a dudas por mi mamá, son “regaladores desafectivos”. Son opositores al buen gusto y a la opinión del destinatario del regalo.

También existen los “cambiadores de regalos”. La Gorda pertenece a esta categoria. Si le regalás un short seguro no le gusta el largo y si el largo le agrada, le disgusta el color y si el color está bien, entonces el elástico le aprieta. Yo se que sin importar lo que le compre, ella lo cambiará.

Prefiero toda la vida a los “cambiadores de regalos” que a los “regaladores desafectivos”.Los cambiadores son inconformistas con sus propios regalos, pero son excelentes compradores ya que evalúan las preferencias del receptor.

Los “regaladores desafectivos” generan una acción concreta en el otro: la incomodad. Nos obligan a fingir aprobación. Cuando me regalan un hornito (lo detesto) sonrio para agradecer el gesto, pero por dentro me recorre el cuerpo la palabra: amarrete/a.

Los “regaladores desafectivos” aparecen, sobre todo, en los amigos invisibles porque los cobija la impunidad del anonimato. Hasta que se devele el emisor del obsequio, uno suelta al viento: “es justo lo que queria”, “qué hermoso”, etc, incluso cuando es mentira.

Esta tipologia de regaladores empeora en las fiestas de fin de año. En general manejan un listado de presentes que se caracterizan por ser económicos, inútiles o simplemente no son lo que esperamos. Regalan:

1. Agendas del año en curso, cuando el año está por terminar.

2. Remeras con dibujos infantiles cuando no te cocinás de un hervor.

3. Pantuflas de invierno en pleno verano.

4. Portarretratos con una foto de ellos.

5. Porta bolsas de plástico.   

6. Rascadores de espalda.

7. Pastilleros

8. Pinzas

9. Linternas sin pilas

10. Escobillas para limpiar el baño.

 

 
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