2013SEPTIEMBRE

2013.09.02 ¡Ahora nos toca a nosotras!

VIDA DE SOLTERAS

¡Ahora nos toca a nosotras!

Cambios en el ecosistema del “levante”.

Por: Margarita Dundi

 

Lo que más rescato de las salidas a los boliches es lo que sucede en los instantes previos a charlar con alguien que tiene una clara intención de “levante”. Hay un comportamiento particular, tanto en el que espera que alguien se le acerque, como en el que toma el envión. La cosa está en darse cuenta de los que quieren arrimarse para poder evitar ciertos personajes.

No falta el tipo que te dice que sos la más linda del lugar o la futura madre de sus hijos. También existe el que recurre al viejo truco de que te conoce de otro lado. Es obvio que todo esto no funciona si el que lo mencionó no te gusta.

Cansadas de escuchar chamuyos poco originales, salimos con la Gorda decididas a encarar. Nos pusimos de acuerdo y descartamos algunas técnicas. El vaso en la mano y el codo apoyado en la barra no lo íbamos a usar; invitar un trago tampoco; movernos al ritmo de la música y reproducir las letras de las canciones con gestos, menos.

Llegamos al lugar y me sorprendió (en realidad me sorprenderia si sucediera) que el guardia de seguridad no me pidiera documento. Pensé en sobornarlo para que lo hiciera, así la gente pensaria que soy más joven, pero ya estaba adentro del local cuando se me ocurrió.

En el boliche hicimos un escaneo al mejor estilo aeropuerto. Observamos en dónde habia tipos lindos y descartamos la mercaderia que estaba marcada o como diria la Gorda: “Los campos alambrados”.

Por consejo de mi abuelo nos pusimos al lado de otras mujeres, que, según nuestros criterios, estaban peor que nosotras para favorecernos en la comparación. Luego elegimos a nuestras “víctimas”. Uno de ellos tenia anteojos blancos.

–Nos convendria que no usaras anteojos –le comenté. Él me miró y ni siquiera sonrió. Fue como si el chico que me gustaba en mi fiesta de 15 no hubiera querido bailar conmigo el vals; cosa que sucedió.

Sin embargo, lo volví a mirar y le dije: “¡Son polacos!”. Eso sí funcionó y empezamos a conversar. Estaba más agrandada que galletita en el agua porque me habian dado bola.

Después, la Gorda organizó una competencia de preguntas de interés general para que no decayera la charla. Lo mejor fue cuando les consultó por la ciudad más linda y ellos dijeron París, porque allí se dieron cuenta de que se amaban.

 

2013.09.06 Creo que me enamoré

VIDA DE SOLTERAS

Creo que me enamoré

Ficciones que se hacen realidad.

Por: Margarita Dundi

 

Al principio me pareció que conseguir un novio para presentárselo a mis ex compañeras de colegio no podia ser tan difícil. Tenia 15 días para lograrlo y cero por ciento de dignidad. Me compré un arsenal de velas y se las puse a San Antonio. Además, puse el tema “Todos los domingos” de Sergio Denis para reforzar el pedido.

Agarré la agenda y seleccioné una lista de 16 hombres; con algunos habia tenido algo y con la gran mayoria no habia pasado de la primera cita. De cualquier manera, no me importó. Armé un mensaje de texto que decia: “Hola, hoy me acordé de vos, ¿nos veamos?” y se lo mandé a todos.

Al otro día recibí la única respuesta. Me contestó “Soy tu stripper”, el tipo que me levanté por internet, cuyo mayor atributo era sostener hojas completas de lechuga entre los dientes.

Le contesté a los tres días, cuando ya se me habian agotado las ilusiones. “No tenia crédito para contestarte antes”, le escribí. En el segundo mensaje lo invité a comer a casa con mis viejos. No podia perder más días, me tenia que aprender su nombre completo, color favorito, definir un apodo para nombrarlo con cariño y elegir una canción que nos identificara como pareja.

Juan Carlos Giotto, blanco, Bebé y «Entre tú y yo» de José Luis Perales. Con la tarea ya hecha (cosa que me llevó media hora) me dediqué a preparar la cena de presentación. Le dije que fuera a casa a las nueve. A mi familia le advertí que él era mi oportunidad para no pasar por una soltera.

–Mamá, te quiero presentar al chico del que tanto te hablé -le dije cuando Juan Carlos llegó a casa.

Mi vieja me miró con sorpresa. Mi papá me susurró al oído: “¿Desesperada?”.

Esa misma noche, mientras lo escuchaba explicarnos por qué no hay que sentarse en los inodoros de los baños públicos, le pedí que me acompañara a la cena.

Ayer fue la dichosa reunión. Llegamos con Juan Carlos tomados de la mano, como si fuéramos novios de toda la vida. “Bebé, te presento a tal; Bebé, traeme esto”, se escuchó durante toda la noche. Hasta Martita, una de las que yo menos queria en el colegio, se sorprendió de la química; no fue la única. No sé si fue su falta de tacto para hablar de ciertos temas, su capacidad para resistir el rechazo o su resistencia para tragar lo que mastica, pero creo que me enamoré.

 

2013.09.09 ¿Lo agrego yo o espero a que me agregue él?

Margarita busca novio.

VIDA DE SOLTERAS

¿Lo agrego yo o espero a que me agregue él?

El dilema de tener fuerza de voluntad o no aguantarse las ganas.

Por: Margarita Dundi

 

Ayer me levanté invadida por la pregunta: ¿Lo tengo que agregar al Facebook o no?. Conocí a un tipo en el cumpleaños de una compañera de trabajo. Apenas lo vi, imaginé que era de esos que leen en el baño y hasta se jactan de tener un revistero donde acumulan topo tipo de publicaciones, incluso los folletos de los supermercados.

Pero resultó que no. A la pasada, le consulté si le gustaban aquellos muebles constituidos por diferentes materiales que pueden tener formatos diversos y ser de colores variados, comúnmente usados para contener revistas. “¿Revisteros?”, me preguntó. “Sí”, le dije con convicción y sin apabullarme. “No me gustan porque juntan tierra”, me respondió.

Si hay algo que no quiero es que mi futura pareja se interne en el baño a repasar la colección de la Biblioteca Nacional. Con sólo pensarlo me impresiono. No hay nada más desagradable que entrar a un baño desconocido y encontrar libros a medio hojear, cuyo señalador no es más que un pedazo de papel higiénico, en principio, limpio.

La cuestión es que yo queria tener más contacto con él. Pretendia que me agregara al Facebook para poder hurgarle cada una de las fotos, las conversaciones y -por supuesto- las “amigas”. Si hay mujeres que le comentan todas las fotos y ponen “me gusta”, seguro que alguna quiere guerra.

Estuve toda la mañana pensando si era mejor tomar la iniciativa o esperar a que él lo hiciera. Me conecté cada diez minutos para ver si me habia agregado. Soy de las personas que aún prenden la computadora para revisar internet. La cuestión es que no tuve novedades.

A la tarde, no aguanté más y lo busqué en Facebook. La foto no lo favorecia. Aparecia con una musculosa que evidenciaba su desprecio por el gimnasio. Además, tenia impresa, a la altura del pecho, la imagen de la Hormiga Atómica saltando la piola.

Abrí y cerré la página de Facebook cuantas veces pude, aunque no me animé a apretar el botón de “Agregar a mis amigos”. En ese instante, vi que teniamos como amiga en común a mi compañera de trabajo. Así que si yo le comentaba algo a ella, él lo veria.

Le puse “me gusta” a casi todo lo que ella tenia en su muro, incluso a una frase que promovia la inclusión indiscriminada de revisteros en los baños. También subí una foto de la Hormiga Atómica y la etiqueté, para que el tipo supiera que teniamos intereses en común. No funcionó.

A las 22:10 la llamé. Primero hablamos de como se quitan las manchas de aceite de los manteles y luego le dije que su amigo me habia gustado aunque no sabía mucho de él. Ella me ofreció prestarme su usuario y contraseña de Facebook para poder espiarlo.

¿Tenia que rechazarle la propuesta?. No, eso no se hace. Acepté y ya que estaba me auto-sugerí como amiga para que pareciera que fue una movida de mi compañera. Hoy él aceptó la sugerencia.

Estuve conectada todo el día de forma ininterrumpida, al igual que él. No me habló ni para preguntarme cómo se saca una mancha. ¿Para qué me agregó si no quiere conversar?. ¿Quiere tener un millón de amigos para superar a Roberto Carlos?. Si mañana o pasado no me saluda, lo elimino.

 

2013.09.12 Un día de soltera

Margarita busca novio.

VIDA DE SOLTERAS

Un día de soltera

Lo malo y ¿lo bueno? de despertarse sola.

Por: Margarita Dundi

 

Me levanté a las 11:00, pero entraba a trabajar a las 08:00. Como nadie me despertó, me dormí. Ojo, esto quizá se solucionaria no sólo con una pareja que esté dispuesta a avisarme de mi desliz, sino también con cambiarle las pilas al despertador. Todavia conservo el que me regaló mi abuelo; uno redondo que parece de pared.

Llegué al trabajo y después de enfermar a mi tía para justificar mi demora, agarré el diario y leí el horóscopo. ¿Por qué siempre en el apartado de amor hablan de los que están comprometidos?. “Cuide a su pareja porque la perderá”, “es hora de avivar la pasión”, “avance en la relación”. Cuando una no tiene nada a la vista, ¿qué hacés con esos consejos?.

Deberia existir un horóscopo para solteros que sólo revele aspectos de dinero, salud y trabajo. O que cuando diga algo de “amor” sea en términos de: “va a conocer a alguien”; “hoy encontrará su media naranja”; “ese tipo con cara de gil que le presentaron es su única opción, no la desperdicie”.

Para empeorar, una amiga me mandó un e-mail; era uno de esos correos electrónicos de los que resulta imposible determinar el origen. Es más fácil confirmar la teoria del Big Bang que descubrir la mente macabra que te hizo perder tiempo en pulsar el botón “eliminar”. Igual lo abrí; era un test para saber si mi pareja me engañaba.

Marque la pregunta con una X si a usted le sucede y si no es así, deje en blanco, leí en el correo.

¿Ya no la quiere besar?.

¿Se enoja cuando usted intenta revisarle el celular?.

¿Le dice el nombre de otra?.

¿Le menciona haber hecho ciertas cosas juntos, pero en realidad usted no sabe de lo que le está hablando?.

Hace un tiempo le hubiese puesto una X a por lo menos dos items del cuestionario, pero lo que no entiendo es ¡¿por qué, si no tengo novio, me mandaron semejante correo?!.

Igual lo guardé porque una nunca sabe cuando lo puede necesitar. Le agregaria una pregunta: ¿Cuando le decís que lo querés, él contesta “también” y nunca dice “te quiero”?. ¡¿Qué significa también?!.

A la media hora, apareció una compañera de trabajo; esa a la que, por desgracia, casi todo lo que usa le queda bien. Me invitó a su cumpleaños, llevá a quien quieras, me aclaró.

¿Por qué a los eventos sociales hay que ir acompañados?. Siempre tuve la convicción de que aquel que lo dice es porque alguna vez estuvo muy solo y se cruzó con alguien que le mencionó lo mismo. Para mí, es pura venganza.

Después, cuando vas a esas reuniones, todos están sentados en parejas, como si no se pudieran separar y tomados de la mano por temor a perderse. Entonces vos llegás y te sentás a un costado sola y cuando todos se ponen a hablar con su peor es nada vos los mirás para ver en cual conversación podés meter la cuchara.

Como no tengo nada que hacer, asistiré. Además, mi compañera nos presentará a su nuevo novio y quiero saber qué tan fuerte está. El anterior estaba más bueno que dormir la siesta en invierno. No entiendo como hace para cambiar de filo tan rápido. En lo que va del año tuvo más novios que yo durante toda mi vida. Sin embargo, lo peor sigue siendo que toda la ropa le calce.

 

2013.09.20 La cruda verdad: Las solteras sufrimos más que las casadas

Margarita busca novio.

VIDA DE SOLTERAS

La cruda verdad: Las solteras sufrimos más que las casadas

Derribando el mito de las bondades de estar sin pareja.

Por: Margarita Dundi

 

No faltará quien diga que las casadas o las que están en pareja la pasan peor que las solteras, para mí es todo lo contrario. Nosotras, las libres como el viento, estamos todo el tiempo en exhibición; las otras se pueden dar el lujo de “dejarse estar” porque no pasa nada.

Si estás soltera pensás en estar en forma e ir al gimnasio, lo que no quiere decir que vayas, sino que los ves como una posibilidad. Sin embargo, si estás en pareja, tener pancita no es tan malo. Además, seguro que a él no le molesta, asi que ¡se queda!.

Cuando estás soltera, te ponés tacos de diez centímetros cuando tenés que salir a algún lugar. Si tenés un cumpleaños o te le animás a un boliche clavás los zapatos más altos que tenés. En cambio, cuando ya estás saliendo con alguien, antes de salir mirás las zapatillas con cariño, pero para no irte a un extremo, usás unas “chatitas” que son re cómodas y van con todo (o al menos eso asegurás).

Si sos soltera te ponés jeans ajustados; esos que te obligan a tirarte en la cama, a empezar a moverte hacia los costados y a retener el aire hasta que el cierre haya pasado, al menos, el 60% de su extensión. Finalmente cuando te podés parar y caminar, sólo te resta sufrir varias horas hasta poder sacártelo.

Eso de usar pantalones ajustados es una fija de las primeras citas, en los encuentros sucesivos, cuando la confianza se afianzó, te ponés una pollera larga que ya perdió la forma y que parece de tu mamá (y lo es).

A su vez, las solteras aguantamos mejor el insomnio. Somos capaces de salir a bailar, dormir poco y después levantarnos temprano para ir a trabajar. La situación se modifica para las que están en pareja y configuran las salidas valorando si al día siguiente tienen que madrugar, si su novio las puede acompañar o si están muy cansadas. Asimismo ni hablar si hace frio.

Salir cuando hace frio es igualmente proporcional al estado de solteria. ¿Qué mujer que está de novia sale a bailar con cero grado de temperatura?. ¡Ninguna!. Sólo nosotras hacemos ese sacrificio. Ellas prefieren ir al cine, ver una peli en la casa o juntarse a comer y a charlar con amigos.

Tampoco ninguna mujer en pareja o casada sale con poca ropa en invierno. A ellas las distinguís fácil porque salen con sobretodo, bufanda, botas bajas y un pulóver. En cambio, nosotras estamos con polleras, remeritas mangas cortas, botas altas que nos hacen doler los pies y tiritando por el clima.

También es cierto que siendo soltera, pero -obvio- con algo en vista, te depilás más que las casadas. Te pasás la cera y después repasás la zona con la depiladora para que no quede nada. Además, como si esto fuese poco, agarrás la pincita de depilar y extraés lo que puede haber quedado y así todo te parece que algo te faltó.

Todo cambia cuando alambrás un campo. Si ya tenés una relación asentada surge una afirmación universal e innegable: él no se va a dar cuenta. ¿Para qué me voy a depilar?. A lo sumo, una cosita rápida, pero sin perder mucho tiempo.

Y que ni se le ocurra decirme algo como: “Gorda, me raspa tu pierna”.

 

2013..09.27 TKM, más que una frase de amor

Margarita busca novio.

VIDA DE SOLTERAS

TKM, más que una frase de amor

Todo lo que hay detrás de una sigla...

Por: Margarita Dundi

 

A pesar de querer, nunca escribí en la puerta de un baño un mensaje romántico desgarrador, de esos que juran amor eterno, que hablan de los hijos por nacer y no dudo que de también subyace en ellos una alimentación a base de perdices.

Casi en las cuatro décadas, me veo lejos de reivindicarme en ese campo. De hacerlo, lo más probable es que alguien conocido me vea, me lo recrimine (lo que no estaria mal) y hasta me denuncie. Ya no estoy en edad de cargar con una vergüenza más, como aquella que acarreo desde los ocho años cuando me hice pis encima en un acto escolar porque me daba asco ir al baño.

¿Qué pondria?. Seguro que “TKM” (reducción innecesaria de la frase “te quiero mucho”) no. Tuve un novio que en vez de mandarme en los mensajes de texto “te quiero mucho”, escribia TKM para amarretear los mensajes porque sino decia que le cobraron el doble. Para mí “TKM” tiene diversos significados, incluso subliminales, como se decia que sucedia con las canciones de Xuxa.

“TKM” podria ser sin duda el mensaje que una línea aérea usa para promocionar lugares turísticos: Turquia, Kuwait, Mendoza; también un grupo de amigos: Teresa, Karina y Martín. Para mí siempre representó una ecuación: T= K.M. Podria ser una fórmula científica para saber la masa de la tierra o el cálculo podria ser usado para ponerle el precio al kilo del tomate.

De cualquier manera, estoy lejos de usar “TKM”, así que para sugerirle a Juan Carlos que me gusta, decidí hacerlo por medio de Facebook. Subí un video de la canción que se llama “Amor”, obvio de José Luis Perales. Me pareció el mejor mensaje, sobre todo sutil, para que se diera cuenta de que algo me pasa con él.

Acumulé un solo “me gusta” de mi amiga la Gorda y -para colmo- no tuvo mejor idea que comentar el video.

Puso algo así: ¿Amor?. ¿Te sigue gustando el verdulero?.

Además, como si eso hubiese sido poco, agregó: Mañana hay loteria con mi mamá y las amigas del Centro Vecinal en casa. De forma automática, borré el video junto con los comentarios.

Sin embargo, no todo fue tan malo. Cuando estaba informándome de la vida de los otros en Facebook, vi que una compañera de trabajo, Laura, la que detesto porque toda la ropa que usa le queda bien, habia cambiado su foto de perfil. En la anterior aparecia con el novio que está para alquilar balcones y en la nueva estaba sola tomando sol en una playa, por lo cual deduje ciertas cosas.

Primero: la mina se peleó con el novio, porque sino no hubiera cambiado la foto. Es una fija que cuando una mujer se distancia de su pareja la tercera cosa que hace es cambiar la foto de perfil en la que aparece con él. La primera es hablar con las amigas mal de él y la segunda es hablar mal de él con cualquier persona.

Segundo: no tenia ninguna imagen nueva para poner y por eso buscó una foto en la playa -o sea- de las vacaciones pasadas.

Tercero: cuando se fue de vacaciones no pasó por la peluqueria porque tenia las raices del pelo sin teñir.

Cuarto: la bikini estaba desgastada y un bretel estaba a punto de descoserse.

 

 
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