Todo llega, todo llega y finalmente llegó el yoga a mi vida.
Con el Yoga llegó la salud... y la culpa cada vez que como carne, tomo una cerveza, un mísero café o fumo un cigarrillo. ¡Ufa!. Nada es perfecto, ni siquiera el yoga.
Hablando de salud, ya llegan los frios y para que te encuentren robusto/a y sanote/a, te paso esta receta que me pasó mi profe de yoga y tiene como once minerales y ochocientas vitaminas.
Ahí va:
1 yogurth (entero o descremado)
1 cucharadita de té de germen de trigo
1 cucharadita (de té) de leche (entera o descremada)
1 cucharada sopera de levadura de cerveza virgen en polvo
1 cucharada sopera de miel
Te comés esto en ayunas 2 veces por semana y vas a ver que lindo/a y gordito/a te ponés, como yo, que soy un sol.
Ya, 'ta, ya sé que yo no tendria que decirlo, pero, si no lo digo yo, ¿quién?.
Insisto, este menjunje va a cambiar tu vida: vas a tener un apetito de lobo, vas a correr como una gacela, te vas a estirar como un gato, vas a saltar como una liebre... Vas a ser un bicho, bah.
Y nunca, nunca más vas a hacer fiaca en tu vida. ¡Simplemente no podrás!. Llena de energia, plena de vida, lo pasarás bomba rompiendo la paciencia ajena con tu asquerosa vitalidad.
Tomalo hasta que ya no te quede un solo amigo, familiar y conocido. Hasta que tus afectos más incondicionales te desprecien.
Y bue... basta la salú.
Edda Diaz
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