CualquierHerramienta


Cualquier herramienta sirve

Dereck Williamson

 

El otro dia mi esposa me pidió que volviera a desatascar el cajón de la cocina. Mientras registraba la casa buscando una buena herramienta con que tratar de abrirlo, se me ha ocurrido que toda mi vida he usado herramientas inadecuadas. De hecho, pensé lleno de orgullo, probablemente soy un perito en este campo.

Se dice que es muy importante usar la herramienta apropiada para cada trabajo, pero en realidad no es así. La herramienta menos indicada se puede usar para un trabajo determinado. Y frecuentemente resulta mucho más práctica.

Por ejemplo, una cucharita de plata para postre sirve muy bien como sustituto de un destornillador (generalmente se puede volver después a su forma original, si se dobla). Para trabajos mas pesados yo uso un calzador.

Las herramientas que con más frecuencia se necesitan en mi casa son: un martillo, un destornillador y un par de tenazas de dos posiciones. Poseo las tres, pero están guardadas en el cajón atascado de la cocina, entre espátulas, pinzas, abrelatas, cucharas de plástico, escobillas, coladores, tapas de frasco, tapones de botellas, llaves para abrir latas de sardinas, cuchillos para carne, sacacorchos, aspas para batidora eléctrica, fusibles, servilleteros, un mortero para ajo, una cuerda enredada y una pelota de ping pong.

El destornillador es lo indicado para meterlo en la ranura del cajón a fin de que haga de palanca contra la escobilla, que está empujando las pinzas que aprietan la espátula, que es la que impide abrir el cajón.

Si se tratara simplemente de forzar el cajón no sólo lo atascaria más, sino que con ello se doblarian las aspas de la batidora. Después, colocadas en la batidora, la máquina haria un ruido terrible y salpicaria crema por todas las paredes.

Por eso la herramienta nada apropiada que uso para abrir el cajón es una bayoneta alemana de la primera guerra mundial que me regaló mi tio. La encontré en el armario de la ropa blanca, detrás de mi equipo para lustrar el calzado. Y en menos de 15 minutos pude desatascar el cajón la primera vez.

Sin embargo, aun después de haber abierto el cajón atascado, las herramientas no quedan siempre a la mano. Para encontrarlas hay que escarbar en el cajón, metiendo la mano en un juego muy peligroso llamado Ruleta de Cocina.

El objeto de este juego estriba en echarle mano a la herramienta buscada, antes de que el filo dentado del cuchillo de la carne le rebane a uno el dedo.

En vez de correr ese riesgo, yo uso un formoncito para madera cuando tengo que apretar los tornillos de los tiradores de las puertas y los de las bisagras del armario. Si alguien empleara ese formón para trabajar madera, no creo que fuese buena idea decirle que uno lo ha utilizado como destornillador. Lo mejor es volverlo discretamente al lugar exacto donde se tomó.

La misma regla se deberá seguir al usar el nivel de carpintero del vecino como martillo para clavar las estacas del jardín o su micrómetro como prensa para pegar algo con cola.

Me he dado cuenta de que me desempeño mejor cuando uso las herramientas en trabajos para los que no están indicadas.

Cuando encuentro un destornillador, lo uso para revolver pinturas, clavar tachuelas y escolar (después de haber estropeado el formón al usarlo para apretar tornillos). Cuando trato de apretar tornillos con el destornillador me veo invariablemente en apuros.

Por ejemplo, la semana pasada estaba arreglando una silla y echando mano del destornillador, ya casi habia logrado que la cabeza del tornillo quedase al ras del asiento, cuando se desbocó la muesca y ya no pude apretarlo ni sacarlo. Ni siquiera con las pinzas de la cocina pude sacarlo. Cuando quise sacarlo con el sacaclavos de un martillo que habia estado usando como pesa en un bastidor, se rompió una de las uñas.

Traté de clavar el tornillo, pero la madera que lo rodeaba tomó rápidamente el aspecto de una antigüedad muy anticuada, para decirlo de algún modo. Y el tornillo quedó sobresaliendo más que antes.

Rechacé la idea aserrar la cabeza del tornillo porque habia usado las seguetas como calzas para evitar que golpeara la hoja de una ventana.

Finalmente pedí prestado un taladro a mi vecino para barrenar el tornillo. Ya lo habia sacado por completo, cuando el taladro resbaló y la broca se clavó en la madera y se rompió. Para sacar la broca necesitaba el martillo de uñas, pero, puesto que ya lo habia roto, recurrí al abridor de frascos.

Pero este se dobló.

No me importó la cosa, porque, de todos modos, para abrir frascos siempre uso el destornillador.

Terminé clavando el asiento de la silla a la pata floja, usando la parte plana de las tenazas como martillo.

Es muy útil tener en casa un tornillo de banco (o prensa tipo morsa). Se usa para muchos trabajos de reparación y puede dar lugar a otros trabajos de reparación si lo aprieta uno un poco más de la cuenta. El tornillo de banco me ha sido muy útil para aplastar varillas de cortina cuando he tratado de recortarlas, para agrietar la madera de unos marcos viejos que queria volver a clavar y para hacer polvo unas piezas de loza que intenté pegar.

Al emplear el tornillo de banco como prensa para alinear dos piezas antes de pegarlas o taladrarlas, téngase presente que hace falta tener no menos de tres manos. Cada una de las piezas que hay que alinear requiere una mano y una tercera mano se necesita para cerrar las tenazas del tornillo de banco. Si sólo se tienen dos manos, hay que llamar un muchachito para que le dé vuelta a la palanca del tornillo.

Al chico esto le encantará: hará girar la palanca y le aplastará a uno los dedos.

Como se dijo anteriormente, las tenazas se pueden usar como martillo para clavar algo. Pero son mucho mejores cuando no se trata de asir cosas con ellas. Todas las tenazas que he tenido eran de pinzas entre las que se podia ver la luz. Se debia esto a que no cerraban correctamente. Lo que me consuela mucho es saber que nunca aplastaré accidentalmente algún insecto con mis tenazas.

Para fracasar en cualquier intento de recoger cosas pequeñas resulta conveniente disponer de un par de alicates con picos entre los cuales se pueda ver la luz. Esta herramienta se usa principalmente para hacer agujeros en hojas de papel y poder insertarlas en cuadernos de arillos.

No hay que confundirla con el punzón, que es para abrir agujeros en las tapas de los frascos en que se guardan insectos, para que les entre aire.

Las tenazas de dos posiciones tiene un dispositivo mecánico muy ingenioso que permite abrir más sus picos o pinzas, de manera que, cuando se está apretando algo, los extremos de los mangos de la herramienta puedan llegar a cerrarse con violencia y pellizcarle a uno la palma de la mano. Un rápido cambio de la posición del eje las convertirá de nuevo en unas tenazas ordinarias, con unos picos entre los cuales se pueda ver la luz. La ranura para cortar alambre, que algunas tenazas tienen en la base de la "V" formada por las pinzas, cortará un trozo de alambre con casi tanta celeridad como lo harian unas tijeras para las uñas.

También puede uno cortar alambre con un martillo y un destornillador. Pero ambos están en el cajón de la cocina. Y el cajón está atascado otra vez, como era de esperarse.

 

 

Dereck Williamson – 1971

The complete book of pitfalls: A Victim's guide to repairs, maintenance, and repairing the maintenance.

 

 
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