Paicas y Grelas

De paicas y de grelas...

Aquel tapado de armiño

La charla entre mujeres era sobre trapos, accesorios y la necesidad de contar con un lindo abrigo para estos duros dias de invierno. Pieles, camperas y sacones derivaron en el recuerdo de aquel tapado de armiño del tango y concluimos que todo tiempo pasado fue más próspero, lo cual hacía más generosos a los hombres.

¡ Pensar que el tipo le habia comprado un tapado d armiño a su mina !.

Ahorró, pidió prestado, dejó de fumar. ¿Y qué pasó después?.

¡Todavia lo estaba pagando, cuando la señorita ya hacía rato que le habia dicho chau!.

Una dice: -Esos son hombres. Y no como el que tengo al lado, que escamotea para comprarme un humilde saquito ecológico, mucho más barato y práctico para lavar.

Otra se queja: -El mío se ha negado a regalarme ¡una chalina! que me venía justo para la inauguración de esta noche, diciendo que tengo muchas.

Pero no nos equivocábamos en esto de que ellos actuaban mejor antes, acordamos todas. Sino, fijémonos en el tango Confesión. El tipo dice que perdió a su amor a propósito, que se hizo patear "para salvarla" de él mismo. El infame la surtia de lo lindo y le decia que así pagaba el buen amor de ella.

Para semejante pago, se hubiera declarado insolvente, ¿no?.

Este si que tenia ansia fiera en la manera de querer, pero ese es otro tango.

La cuestión es que él intentaba convencerla: "Piba, yo no te convengo, soy un vago, mirá como rodamos por el fango... "

Pero ella no, que "te amo, te amo, te voy a seguir en las malas y en las buenas... "

Y él se impacientaba y la fajaba.

Hasta que ella consultó con la Comisaria de la Mujer, se asesoró bien y se mandó a mudar.

Ahora él la ve pasar, emperifollada con una mini negra, bijouterie dorada por todos lados y una remera de lycra que le deja todo afuera. Y los tipos que le gritan ¡Dichoso el que te tiene... !.

El tipo ve la generosa delantera que dobla la esquina y se consuela: -Bah, se habrá hecho cirugia, siempre dije que era una tilinga.

 

De paicas y de grelas...

Sufriendo espero...

Ellos no sufren por amor, dijo una recién separada.

¿Cómo que no?. No sufrirán como nosotras, querrás decir, le contesté.

¿Les parece?, terció la más conciliadora. Y ahí nomás se puso a cantar eso de "he besado otras bocas buscando nuevas ansiedades... "

Pero para mejor ejemplo buscó el cancionero de Discépolo y leyó: "dolor que me consume sin piedad"... Ya estaria mal de salud, interrumpió la primera.

Pero no. El tipo asegura que es un castigo vivir sin poderla olvidar y que corre tras su sombra y no la alcanza.

Después leimos donde el hombre espera que ella llegue y sufre por su adios, que por supuesto se llama Espera.

No obstante, ellos no dejan de hacer sus actividades aunque tengan problemas del cuore.

Ya ven que el escritor de tangos no se tiró en la catrera a llorar la ausencia. Se levantó, se lavó la cara, se habrá tomado un antidepresivo y se dijo: "Tengo que seguir produciendo, voy a tomar este cuelgue de galleta como tema de varios tangos, hasta que me dure el garrón".

De haber sido ella la abandonada, no podria fijar la vista, de tanto llorar y hubiese llamado al editor para disculparse por sentirse indispuesta y no entregar las letras pedidas.

esta reflexión, un tanto machista desde el punto de vista laboral, no nos conducia a nada.

De seguir por esta línea íbamos a terminar acordando con ciertos empleadores que prefieren tomar hombres porque "las mujeres traen muchos problemas".

Entonces, volviendo al tema, ¿ellos sufren o no sufen por amor?.

Dijimos que si.

"Por tu amor, mi fe desorientada se hundió, destrozando mi corazón" ... "¿Cómo una mujer no entiende nunca que un hombre da todo, dando su amor?", nos gritó Discépolo.

Sufren, pero -símbolo de abstinencia mediante- se recuperan bien.

"¡¡Victoria!!. ¡Cantemos victoria!. Yo estoy en la gloria: ¡se fue mi mujer!", se repuso el poeta en la página siguiente.

 

 

 

Seguimos con la cuestión del sufrimiento en los hombres. El mujererio alborotado insistia en que a ellos no les hace ni mu las penas del corazón.

- ¡Chicas, otra vez volvemos a lo mismo!, -le dije- ¡me pareció que les habia quedado claro!.

¡A ver, danos ejemplos, queremos más ejemplos!, me apuraron.

Pues aquí tienen, alardeé y sobre el pucho les mostré la letra de Malevaje.

¿Qué me cuentan de este señor que enamorado hasta el caracú ha perdido hasta su identidad?. Los amigos ya lo entran a mirar feo porque parece que el tipo era un piola bárbaro y ahora está hecho un estúpido.

Con decirles que se la encuentra en la milonga a ella, tangueando de lo más cnachera y cortándole el rostro y él, que siempre guapeaba y se hacía el vivo con todo el mundo, al verla queda hecha un trapo, una baba, semitrastornado de amor...

- Ehhh, no exageres... me interrumpió una.

¿Sería un matón a sueldo, un mano de obra ocupada?, se distrajo otra.

La ocupación del sujeto es otro tema, fíjense que de lo mal que estaba no sólo no sabe quien es, sino que ni el pucho en la oreja le queda.

¡Que grasa, con un pucho en la oreja, con razón la mina no se lo bancaba!, agregó una que es muy detallista.

"Y yo creo, amigas, finalicé ya sin aliento, que tanto sufrir le hizo bien, porque vean que confiesa que "ayer de miedo a matar, en vez de pelear, me puse a correr"... siempre va a ser más sano hacer footing que descargarse con algún pobre que no tenga nada que ver, ¿no?.

 

Petisuí

 

 
 
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