Mentiras Femeninas

-reflexiones machistas-

 

Las Mentiras Femeninas al Santo Botón

 

Si hay un rasgo sólido e inevitable en todas las mujeres es su natural tendencia a la mentira. Difícilmente a lo largo de una conversación una dama no intercale alguna falsedad, aunque ésta no sea en absoluto necesaria.

 

Los más claros ejemplos de semejante mania los podemos encontrar cuando una mujer se está despidiendo de un hombre. Ella no lo quiere volver a ver nunca más; sin embargo, toma la tarjeta que él le extiende, pone cara de éxtasis y la guarda en su corpiño; después se le acerca, lo mira a los ojos y se las arregla para decirle mientras le chupa la oreja con dedicación: "Te voy a llamar". Por supuesto que al entrar a su casa se deshace de la tarjeta frunciendo la nariz y de más está aclarar que no lo llamará en la puta vida. No obstante, igualmente ella tuvo que mentir. ¿Por qué?.

 

Los hombres, cuando nos despedimos de una señorita que no nos ha convencido demasiado, le decimos "chau-chau" con la mano, le deseamos suerte y a otra cosa. Pero no le pedimos el teléfono como dándole a entender que vaya preparando el ajuar para pasado mañana. Nosotros, cuando la dama nos parece aterradora y además dueña de una inteligencia haciendo juego, jamás nos despedimos con un beso prolongado y cara de orgasmo múltiple.

 

¿Qué es lo que impulsa las mujeres a mentir tan groseramente?. ¡Basta de abrazos briosos pero falsos!. ¡No más imitaciones de quejidos desgarradores cuando nos vamos!. Preferimos que nos digan con toda sinceridad que somos medio salames, para así evitar vivir toda la semana abrazados al teléfono y respondiendo a los llamados de los parientes con un "Hola, mi amor".

 

Por favor, dejen de mentir, Y no contesten si, que nadie les va a creer.

 

Héctor Garcia Blanco

 
 
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