Sojuzgar

2019.07.27

 

Casados

 

Buen dia. Con el permiso de mi cónyuge -esposa- opinaré sobre un matrimonio duradero.

Esto tiene 6 ítems generalizados que he notado en otras parejas.

Varias personas (y de personalidades variadas) me han comentado que llevo una muy buena relación con mi esposa. Lo que enseguida tengo que acotarles que no la llevo si mi esposa no quiere. Es un trato que tenemos.

Cuando la conocí a mi cónyuge tuve, en esa época, una gran Esperanza para fornicar tupido. Porque Esperanza era carnalmente voluptuosa e intelectualmente mórbida.

Hoy tengo una existencia mucho más ordenada. Esperanza sólo pedia en cuestiones lujuriosas o lascivas. Mi esposa sólo me deja libre la elección de lo que obraré en el baño.

Si bien me ha dejado algunas amistades, estas no han durado mucho pues sus amigas tenian la pretención de ordenarme también y sólo tengo un par de manos.

=> Olvidarse del rol respectivo.

Una de las cosas que deteriora el matrimonio es el conflicto de intereses. Suele ser eventualmente, pero causa estragos cuando perdura. Dado que a mi mujer no le interesa lo que yo opine no se producen roces ni discusiones que separen las partes.

Hace unos años mi cónyuge se cansó y pretendió cursar unas vacaciones, pero yo le recordé que era mi esposa, no mi jefe. Si ella podia vacacionar yo podia renunciar. Eso bastó.

=> Pretender demasiado.

Es mucho más cómodo recibir sugerencias de mi esposa (que obezco enseguida, a veces) que tener una charla abierta entre personas que se suponen inteligentes, probablemente con el anhelo de convencer al otro de que su propuesta tiene buenas ideas y es bastante razonable.

Yo acato las sugerencias de mi consorte sin pensarlas, ella ya tuvo ese trabajo. El error que hubiere no será mío.

=> Papá Pepe y mamá Cora (y la tia Gregoria y el primo Gervasio... )

Existen tres buenas opciones para formar pareja: homosexual, bi y hétero.

Lo que complica es el número de integrantes; más allá del número par DOS suma, como mínimo, opiniones que no serán bien recibidas.

Daré un ejemplo gráfico.

     y ese dedo puede resultar insidioso, ¿verdad?.

=> Iguales.

La igualdad en el matrimonio es posible en una película cincuentona de Disney Home Video. Para ejercicio mental nomás.

Ej. uno (el obvio): ella, mujer; yo, varón.

Ej. dos (en matrimonio homosexual masculino): no han nacido en la misma fecha ni criados en la misma familia, ¿por qué aspirar a que tengan mismas actitudes y reacciones?.

Ej. tres (en matr. homo. femenino): si ni siquiera se visten igual, siendo esta una actividad social y pública, ¿por qué pretender que dos personaliedades sean idénticas o muy parecidas?.

=> Apoyo.

Mi desposada compañera me apoya en todo. No hay mueble cercano que no me conozca de frente, de espalda ni de perfil. Incluso el suelo de tierra mojada por la lluvia, en el fondo de nuestro domicilio particular. Un enlace todo-terreno.

=> Comparaciones con el pasado.

En mi juventud jamás habia visto a una mujer que pudiera dominarme. Siempre miraba el piso; aún cuando no tuviera inclinada la cabeza. Mi esposa me pide que la mire dircto a los ojos cuando me dice las cosas directamente. Incluso se emociona si me ve llorando. ¡Vieran la sonrisa malvada que tiene!.

Y por aquello de que ninguno es jovencito ya, no sólo no se me trepa en cualquier momento (como antes), también me da suficiente tiempo para arrodillarme, llegado el caso. Hemos alfombredo ya muchas de las habitaciones.

Tampoco me grita de buenas a primeras. Primero me revisa el audífono.

Resumiendo. Es cuestión de adaptarse.

 



 100 % Diego

[2019-08-03]

 
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